CATRIAN, EL RETRAFE DE COÑARIPE

Orfebre Exhibe con Orgullo sus Obras

29/01/08

Se crió junto a su abuela Fidelia Clapi Lipiante en la localidad de Relinquen en la zona de Caqhuincul. Ahí se empapó de las tradiciones de su pueblo; con el correr del tiempo fue descubriendo que su norte era la joyería mapuche.

Hoy vive su propia realidad en su taller emplazado en medio de la naturaleza que ofrece el camino viejo a Pellaifa, en la zona de Coñaripe.

Estamos relatando en parte la vida de Hernán Catrian Caripan, de profesión Orfebre o Retrafe en mapudungun.

A sus 30 años ha recorrido diversos eventos con sus productos que van desde aritos hasta lujosas trapelakushas y pasando por prendedores, anillos y collares. Todo fabricado en alpaca y no en plata como los antiguos.

¿Cuál es la razón de ello?

Hoy mi pueblo está inserto en la marginalidad de éste país, no hay dinero para poder costear un adorno hecho en plata, por eso opté por la alpaca que es una aleación metálica que tiene un valor mas económico.

Nos confiesa que más que ganar dinero por sus producciones, la verdadera felicidad estaría en ver a las mujeres mapuches luciendo todos sus atuendos como lo hace su abuela o como lo hicieron sus bis abuelas, “Sueño con ver a todas mis ñañas con estas prendas y que las luzcan con orgullo. Eso es lo que quiero recuperar”.

En cuanto a los diseños estos son propios, no hay clon ni copia; nadie puede decir que tiene un par de aros igual a ese o de éste otro tipo, eso en su línea de producción no se da.

¿Una winka puede usar tus joyas?

Pero por supuesto, no hay problema. Al final todos somos hijos de esta tierra y además ellas valoran mucho mis obras, incluso me vi obligado a fabricar los ganchos de los aritos en plata fina por lo sensible de sus pieles para evitar así posibles alergias.

AUTODIDACTA

Generalmente los creadores de una determinada obra, tienen sus bases o cuna formadora de parte de un maestro o guía, en el caso de nuestro entrevistado eso no es así, “Cuando niño tuvesueños los cuales fueron interpretados por mi abuela, y ella me dijo que yo iba a hacer cosas preciosas para las mujeres. Y con el tiempo sin percatarme me fui metiendo en las obras con simples alambres, luego observé cosas en las ferias y sin darme cuenta y con una facilidad increíble empecé a trabajar”.

Una feria de Valdivia lo espera la otra semana, y ya en su caminar ha estado en San Bernardo la capital del folclor latinoamericano, y en diversas ciudades de Chile.

 

 
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