A los 87 Años de Edad Falleció Sor Erna
EN PANGUIPULLI: UN ANGEL VIVIÓ CON NOSOTROS, AHORA REGRESÓ AL CIELO

sor erna

23/07/2011 Por Roger Pérez Ulloa
Sor Erma, Hermanita de la Congregación Santa Cruz a los 87 años de edad falleció en su hogar de siempre, el Hospital Padre Bernabé de Lucerna.

Hasta el domingo fue a misa, pero estaba enferma y cansada por su fructífera y voluntaria labor de toda una vida; todos los funcionarios del Hospital estaban muy afectados y emocionados, lloraban en silencio la partida de “Sor Ermita” como afectuosamente le decían; hubo una Santa Eucaristía por su descanso la que fue concelebrada por el Cura Párroco Francisco Peralta y su Presbítero Juan Catrilef.

La pequeña Capilla del Hospital se hizo totalmente insuficiente para recibir a la Comunidad Cristiana, vecinos y amigos de la Congregación Hermanas Maestras de La Santa Cruz.

Inmediatamente después fue cerrado el féretro y llevado a la Casa Madre en Temuco donde hoy sábado serán sus exequias, es decir, habrá una Santa Misa y luego sus restos serán sepultados en el Cementerio de la Congregación.

Sor Franziska Häring Schneider

Sor Franziska Häring Schneider, Directora del Hospital, altamente conmovida tuvo calma para reflejarnos algunos pasajes de la querida monjita: “Ella siempre era de muy bajo perfil, pero siempre que veía una necesidad ayudaba, tenía una palabra de aliento para los enfermos, el personal; ella jamás pensó algo malo de una persona, siempre pensó bien, era muy transparente; es difícil expresar los calificativos de su vida en este minuto, para mí era un modelo como vivía su vida, siempre la ví contenta y feliz, gozaba de las cosas pequeñas”.

¿Cuál fue su labor específica en el Hospital?

Ella era enfermera, cumplió su profesión hasta el 85 o 90, no recuerdo muy bien, pero trabajó siempre en Medicina Hombres donde hizo mucho por ellos, cuando ya no hizo esa labor tuvo a su cargo la Mantención y hombres a su cargo para los arreglos; en los últimos años no tenía ninguna tarea, pero si había una puerta en mal estado , o una luz, allí estaba ella, le daba de comer a un gatito, por eso digo que se preocupaba hasta del más mínimo detalle; siempre pasaba por el Hospital saludando, teniendo para todos una palabra de aliento”

SUS HOMBRES DE TRABAJO

José Alarcón y Héctor Mardones

José Alarcón, uno de sus colaboradores nos diría: “Desde que llegué al Hospital hace trece años ella fue mi jefa, la recordaré como una persona tremendamente apegada a Dios, muy querida por todos, así lo demuestra la gran cantidad de gente que ha llegado a decirle adiós, era una amante de los animales, de la naturaleza, no la olvidaré fácilmente”.

Su Compañero Héctor Mardones Zúñiga, traicionado por la emoción y las lágrimas dijo: “Yo trabajé catorce años con ella, era una hermanita muy buena, la queremos mucho, la llevaremos siempre en el recuerdo”

LOS AMIGOS

Erna Saldes, Rotary Club

El Comité de Damas Rotarias trabajó incansablemente por ayudar en su labor a las Hermanitas, su Presidenta Erna Saldes, quien fuera funcionaria de la salud hizo el siguiente recuerdo: “Estamos con una pena muy grande, yo la conocí recién llegada en el año 1958 junto a Sor Patricia que está muy triste en este momento porque fue su gran amiga, (de hecho declinó amablemente hablar con este reportero). Hay que darle gracias a Dios por haberla enviado con nosotros, yo siempre me he sentido muy cercana porque me eduqué en la Santa Cruz, es todo lo que puedo decir porque estoy muy emocionada y doy gracias a Dios por haberla conocido, ellas fueron las regalonas del Comité de Damas Rotarias, la verdad es que la Comunidad se perdió una gran oportunidad de conocer su sonrisa, su carácter, su bondad, su laboriosidad, le faltaban horas en el día para trabajar, era una mujer que irradiaba ternura, cariño, sencillez, y aquí estamos despidiéndola con la capilla repleta reflejando el enorme cariño y respeto que teníamos por ella, ahora goza ya de la vida eterna”.

LOS PROFESIONALES

Tili Rivas, Matrona Jefe Hospital Padre Bernabé de Lucerna

Tili Rivas, Matrona Jefe nos hizo el siguiente recuerdo: “La partida de Sor Erma nos llena de tristeza, aunque sabemos que ella estaba mal de salud y quería partir, ella dio muchísimo de su vida  con nosotros, llegó en el año 58 de Alemania con Sor Patricia y estuvo toda su vida aquí para el Hospital y la Comunidad de Panguipulli, entonces, para nosotros es lamentable y sobre todo por el carácter, porque Sor Erma jamás estuvo enojada con nadie, nunca triste, cantaba corriendo en pos de su labores, era realmente  un ejemplo a seguir, es enorme su pérdida”.

Este reportero puede terminar la crónica testimoniando que no hubo un segundo en que los trabajadores, funcionarios auxiliares, administrativos y profesionales acompañaran su paso por los corredores del Hospital agitando pañuelos blancos y lágrimas de real afecto por ella. En las afueras en doble fila acompañaron la partida sin regreso de “Sor Ermita” a la que por cierto será muy recordada, y como expresé en el titular: “UN ÁNGEL VIVIÓ CON NOSOTROS AHORA REGRESÓ AL CIELO PARA VIVIR LA VIDA ETERNA JUNTO DIOS”.

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