27/12/2017: Conocieron la experiencia de trabajo en la Cooperativa La Manzana 27/12/2007 Visitar otras huertas y ver buenas ideas para solucionar necesidades del trabajo de la tierra es una buena forma de ir multiplicando soluciones que funcionan y sean útiles. Una lombricera de cemento con separador de líquidos percolados para abonar la tierra o un invernadero con techo de policarbonato y más altura de lo normal para evitar llenar de plástico el campo y evitar las heladas. Estas y otras acciones fueron observadas en la visita a Luzvenia Guerra Pinto una productora de hortalizas del sector de Santa Filomena - el naranjo, cerca de Paillaco y que es proveedora de la Cooperativa de Consumo la Manzana de Valdivia. La conversación se centró en conocer la forma de trabajo conjunto y en alianza entre consumidores de la región y productores de las comunas. Cada 15 días, vienen los días jueves a retirar cierto número de hortalizas de temporada para sumarse a la canasta que la Cooperativa la Manzana distribuye en Valdivia. Las interesados ya han pagado previamente la selección de productos para todo el ciclo y tienen asegurados productos sanos, limpios y de producción local una vez por semana. Las agricultoras como Luzvenia les pagan sus productos al retirarlos, tienen un precio fijo por toda la temporada y la tranquilidad que no tienen que acarrear sus productos para ir a venderlos. “Hemos pasado por diversas situaciones, pero esto es más tranquilo para nosotros porque lo vienen a buscar y lo pagan al retirar” comenta la productora.
En la economía solidaria y el consumo responsable hay otros valores de por medio, hay una relación de confianza entre quien produce y quien lo lleva a su mesa. En ese sentido, para Úrsula Fernández de la Cooperativa La Manzana plantea “nuestro negocio es alimentarnos bien”, dado que la Cooperativa no se queda con mucho margen de ganancia en las verduras entre el precio que paga a las productoras y el que lo vende en la tienda en Valdivia. “Nosotros nos organizamos para comprar mejor y más sano” explica Fernández. En la cooperativa son 240 familias socias, de las cuales 60-80 están activas. Por temporada venden 50 canastas que son retiradas por los interesados cada viernes o sábado en la tienda ubicada en Calle Vicente Pérez Rosales, Valdivia. “Si hay un vínculo, una relación de respeto entre los productores y los consumidores nos va a ir bien a todos” puntualiza Úrsula. Tanto en la conversación de la mañana en Paillaco como en el espacio de reflexión por la tarde en la junta de vecinos de Huacho Copihue en Valdivia, se pensó en estrategias para que los vecinos se den cuenta de la diferencia de adquirir alimentos naturales sin químicos y producidos de manera no industrial “que la gente sepa que tiene otro valor” se planteó en las reuniones. De modo de ir imaginando otras formas de encuentro entre consumidores y productores se desarrolló dentro de la jornada de trabajo un ejercicio en grupo en el que debieron representar los distintos ámbitos que se relacionan en la comercialización de los productos del huerto. Unas actuaron de sí mismas y su trabajo cultivando la tierra, otras mostraron la importancia de participar de una organización, otras a los que llevan estas verduras y alimentos a sus mesas y otros a los espacios de encuentro como las ferias. La instancia de trabajo finalizó puntualizando acuerdos de cómo llevar a la práctica una feria que represente concretamente la propuesta de la Red Huerta Mapuche Panguipulli a diferencia de otros espacios que sólo se enfocan en la compra y la venta. |