23/05/2020
- La Institución Técnica informa cómo en la actualidad se trabaja anteponiéndose a futuros desastres a través del monitoreo volcánico, zonificación territorial y evaluación de peligros geológicos. 23/05/2020 Uno de los eventos más importantes y catastróficos que podemos destacar es el megaterremoto y tsunami de 1960 ocurrido en el sur de Chile. Se estima que éste cobró cerca de 2.000 víctimas fatales, y dejó damnificados a más de 2 millones de personas. Además se originaron diversas remociones en masa y deslizamientos, junto con ello, una erupción a las 38 horas después en el Complejo Volcánico Cordón Caulle. Al respecto, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) explica dos eventos que fueron consecuencias del megaterremoto: El Riñihuazo y La Erupción del CV Cordón Caulle. Asimismo, la Institución técnica da a conocer cómo se trabajan en la actualidad los peligros geológicos y el monitoreo volcánico y la zonificación territorial. RIÑIHUAZO Y PELIGROS GEOLÓGICOS La epopeya del Riñihue o Riñihuazo es una de las más grandes hazañas realizadas en el ámbito de los desastres naturales por parte del hombre. En el año 1960 cuando ocurrió en Valdivia el terremoto más devastador registrado en el mundo, se derrumbaron dos cerros causando un bloqueo en el caudal del Río San Pedro, creando un tapón de 24 metros de altura en el cual cada metro de crecida almacenaba 20 millones de metros cúbicos de agua. Por este motivo, el Gobierno de esos años implementó uno de los planes de ingeniería más memorables de todos los tiempos, evitando con ello un desastre natural de magnitudes. Lo anterior, nos lleva a colocar especial atención en la importancia de los eventos geológicos que ocurren hoy o que ocurrieron en el pasado, como el megaterremoto del 60, y los impactos sociales asociados a éstos. “El objetivo principal en la Unidad de Peligros Geológicos y Ordenamiento Territorial de Sernagemin es la evaluación de los procesos naturales desde la perspectiva de la ciencia, para luego transmitir este conocimiento a la ciudadanía en general y organismos del estado con el fin de resguardar la integridad de las personas principalmente, así como de los bienes, servicio e infraestructura”, señala Alfonso Domeyko, Director Nacional de Sernageomin. Agrega que “este conocimiento del territorio y la geología, junto con el trabajo en conjunto y la coordinación directa con todos los actores que forman parte del Sistema de Protección Civil, es fundamental para enfrentar de manera eficiente las potenciales emergencias, y nos permiten estar preparados y orientar las políticas de reducción del riesgo de desastres a nivel nacional y local”. Por su parte, el Subdirector Nacional de Geología, Alejandro Cecioni, comenta que uno de los principales trabajos que ha efectuado Sernageomin enfocado en la Región y en especial en Valdivia, es Geología para el Ordenamiento Territorial: Área de Valdivia. En él se destacan numerosos mapas con información geológica de calidad de suelos aptos para obras civiles, vulnerabilidad de acuíferos y potenciales fuentes contaminantes, entre otros. “En la Región de Los Ríos hoy estamos trabajando de manera muy estrecha y acoplada con las diferentes instituciones regionales. Recientemente postulamos a un FNDR para hacer un estudio y mapas de susceptibilidad de remociones en masa en la ciudad de Valdivia, el que ya fue aprobado por el Gobierno Regional y estamos en la etapa de asignación de los recursos”, concluyó. VÍNCULO ENTRE TERREMOTO Y ERUPCIÓN DEL CORDÓN CAULLE EN 1960 La mencionada erupción, a 38 horas del megaterremoto, es uno de los pocos casos donde la relación entre sismos y erupciones volcánicas es clara. Además, el Cordón Caulle, de 15 km de longitud, es un caso singular, puesto que es el único volcán fisural activo de composición riodacítica a nivel mundial. Al respecto, el Director Nacional de Sernageomin, Alfonso Domeyko, expresó que “este megaterremoto fue en realidad una secuencia de varios eventos que sucedieron en dos meses, los cuales afectaron la zona costera a través de unos 1000 kilómetros entre el Golfo de Arauco, en la región del Biobío, y la península de Taitao, en la región de Aysén. Además de ser el de mayor magnitud registrada con instrumentos sísmicos, marca un antes y un después en la historia de la sismología mundial”. Agrega que en esa línea, “la Red Nacional de Vigilancia Volcánica de Sernageomin se ha robustecido en los últimos 12 años, monitoreando 24/7 a 45 volcanes activos de Chile. En el caso particular del Cordón Caulle, para fines de este año está contemplada la publicación del mapa de peligros, trabajo elaborado por la Unidad de Geología y Peligros Volcánicos y que tiene por objetivo zonificar áreas de peligros ante una eventual reactivación del macizo”, puntualizó. Por su parte, el volcanólogo y Jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV) del Sernageomin, Álvaro Amigo, explica que “de acuerdo con los registros disponibles, el Cordón Caulle inició una erupción explosiva el 24 de mayo de 1960, solo 38 horas. después del terremoto de magnitud 9,5 del sur de Chile. La erupción se desarrolló a través de una fisura de más de 5 km de longitud con 18 cráteres activos de forma simultánea. La columna eruptiva alcanzó 10 km de altura, lo que produjo dispersión y acumulación de material volcánico hacia sureste del volcán, sobre territorio chileno y argentino, generando un depósito de pómez con espesores de hasta 10 centímetros a 40 kilómetros del volcán. Complementa que “la fase explosiva inicial dio paso a una etapa efusiva, caracterizada por el escurrimiento de flujos de lavas viscosas de composición riodacítica desde los diversos cráteres en erupción. Se estima que la erupción declinó hacia el 22 de julio. Este evento eruptivo es uno de lo más importantes ocurridos en Chile durante el siglo XX y además uno de los pocos casos donde la relación entre mega-sismos y erupciones volcánicas es evidente”, concluyó el científico. |