19/01/2019: Actividades religiosas se iniciarán a las 07:00 horas de este domingo 20 de enero
PARROQUIA DIO A CONOCER PROGRAMA DE CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE SAN SEBASTIÁN, SANTO PATRONO DE PANGUIPULLI

19/01/2019
El Párroco de Panguipulli, Alejandro Gutiérrez Manríquez, junto a su Consejo Pastoral, invitó a todos los feligreses  y devotos de “San Sebastián”,  a participar de la fiesta patronal este próximo 20 de enero de 2019.

El programa de celebración es el siguiente:

El párroco también confirmó que durante el día estará la posibilidad de celebrar el Sacramento de la Confesión.

Desde la parroquia de Panguipulli han manifestado que "esta fiesta es  una gran oportunidad para dar gracias a Dios por todos los bienes recibidos, orar por nuestras familias, los enfermos y difuntos, celebrar comunitariamente la fe, implorando la intercesión de nuestro Santo Patrono Sebastián".

BIOGRAFÍA DE SAN SEBASTIÁN

Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir a flechazos: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.

El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado el Apolo Cristiano ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.

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